"Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas", a menudo abreviado como Alicia en el país de las maravillas, es una obra de literatura creada por el matemático, lógico y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, más conocido bajo el seudónimo de Lewis Carroll.
El País de las Maravillas que se describe en la historia es creado básicamente a través de juegos con la lógica, de una forma tan especial que la obra ha llegado a tener popularidad en los más variados ambientes.
Alicia en el país de las maravillas no es solamente un cuento infantil. De hecho una lectura profunda y razonada de la misma puede hacernos ver que es cualquier cosa menos un cuento dirigido a niños. La condición de matemático de Carroll ejerce una influencia tremenda en esta obra. Alicia en el país de las maravillas está lleno de guiños matemáticos, entre los que podemos encontrar referencias al álgebra, a la teoría de números, a la lógica, al análisis…Se puede encontrar alusiones a las propiedades reflexiva y simétrica de una relación, máximos y mínimos de una función, propiedades de la circunferencia y sobre rectas y segmentos, lógica y razonamiento deductivo…
Cuando se analiza en profundidad esta novela corta, o cuento largo, se llega a la conclusión de que solo pudo haber sido escrita por una mente matemática acostumbrada a deducir “partiendo de lo absurdo”. Además, los niveles de interpretación de esta novela son muchos, desde los más simples, que se fijan en la caricatura, hasta los más profundos, ésos que saben encontrar una crítica a la sociedad atada a unas normas impuestas por el poder establecido. El hecho es que, sin que muchos padres lo sepan, cuando leen a sus hijos la historia de Alicia, no sólo están narrando las peripecias de un conejo con mucha prisa o un gato que se hace invisible, también están asistiendo a una exposición que critica a la sociedad y sus tradiciones, además de una presentación de teorías y juegos de lógica.
"Malditas matemáticas. Alicia en el país de los números", de Carlo Fabretti, muestra las matemáticas desde la perspectiva de una niña que detesta esa área llegando a comprobar que en realidad son muy útiles para el día a día, estando presentes en todas las disciplinas de nuestra vida.
En este libro; Fabretti va contando las andanzas de Alicia junto a otro protagonista, Lewis Carroll, que le va explicando la presencia de las matemáticas en distintos lugares, situaciones y posibilidades.
Parte de este libro está dedicado, además, al análisis de ciertos conceptos o procedimientos matemáticos con los que, tradicionalmente, surgen dificultades. También se hace una pequeña incursión en el planteamiento de diferentes estrategias de resolución de problemas. Finalmente se utilizan los conocimientos matemáticos para la construcción de pequeños trucos de “matemagia”, como la suma de determinados términos de la serie de Fibonacci, explica la forma en que Gauss consiguió sumar en poco tiempo todos los números del uno al cien y construye la criba de Eratóstenes para obtener números primos.
Me contextualizo
Alicia en el país de los números.
Malditas Matemáticas
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El laberinto que debes caminar en el aula
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En grupo, realizando trabajo colaborativo realizamos de manera muy creativa un periodilezco
Mensajes maravillosos
juegos interactivos maravillosos
El laberinto y el Minotauro ...leyenda griega
Él que inventó el reloj cómo sabía qué hora era?
¿Cómo surge el idioma español?
los botones , otones...
Nos identificamos con botones que tenían imágenes de Alicia, los decoramos de manera creativa.
Botones, otones...
leemos el maravilloso capítulo 8
EL CROQUET DE LA REINA
Un gran rosal se alzaba cerca de la entrada del jardín: sus rosas eran blancas, pero había allí tres jardineros ocupados en pintarlas de rojo. A Alicia le pareció muy extraño, y se acercó para averiguarlo que pasaba,y al acercarse a ellos oyó que uno de los jardineros decía:
-¡Ten cuidado, Cinco! ¡No me salpiques así de pintura!
-No es culpa mía- dijo Cinco, en tono dolido-.Siete me ha dado un golpe en el codo.
Ante lo cual, Siete levantó los ojos dijo:
-¡Muy bonito, Cinco! ¡Échale siempre la culpa a los demás!
-¡Mejor será que calles esa boca!-dijo Cinco-. ¡Ayer mismo oí decir a la Reina que debían cortarte la cabeza!
-¿Por qué?-preguntó el que había hablado en primer lugar.
-¡Eso no es asunto tuyo, Dos!-dijo Siete.
-¡Sí es asunto suyo!-protestó Cinco-. Y voy a decírselo: fue por llevarle a la cocinera bulbos de tulipán en vez de cebollas.
Siete tiró la brocha al suelo y estaba empezando a decir: (¡Vaya! De todas las injusticias...), cuando sus ojos se fijaron casualmente en Alicia , que estaba allí observándolos, y se calló en el acto. Los otros dos se volvieron también hacia ella, y los tres hicieron una profunda reverencia.
-¿Querrían hacer el favor de decirme- empezó Alicia con cierta timidez- por qué están pintando estas rosas?
Cinco y Siete no dijeron nada, pero miraron a Dos. Dos empezó en una vocecita temblorosa:
-Pues, verá usted, señorita, el hecho es que esto tenía que haber sido un rosal rojo, y nosotros plantamos uno blanco por equivocación, y, si la REina lo descubre, nos cortarán a todos la cabeza, sabe. Así que, ya ve, señorita, estamos haciendo lo posible, antes de que ella llegue, para...
Primero aparecieron diez soldados, enarbolando tréboles. Tenían las misma forma que los tres jardineros, oblonga y plana, con las manos y los pies en las esquinas. Después seguían diez cortesanos, adornados enteramente con diamantes, y formados, como los soldados, de dos en dos.
A continuación venían los infantes reales; eran también diez, y avanzaban saltando, cogidos de la mano de dos en dos, adornados con corazones. Después seguían los invitados, casi todos reyes y reinas, y entre ellos Alicia reconoció al Conejo Blanco: hablaba atropelladamente, muy nervioso, sonriendo sin ton ni son, y no advirtió la presencia de la niña.
-¿Por qué?-preguntó el que había hablado en primer lugar.
-¡Eso no es asunto tuyo, Dos!-dijo Siete.
-¡Sí es asunto suyo!-protestó Cinco-. Y voy a decírselo: fue por llevarle a la cocinera bulbos de tulipán en vez de cebollas.
Siete tiró la brocha al suelo y estaba empezando a decir: (¡Vaya! De todas las injusticias...), cuando sus ojos se fijaron casualmente en Alicia , que estaba allí observándolos, y se calló en el acto. Los otros dos se volvieron también hacia ella, y los tres hicieron una profunda reverencia.
-¿Querrían hacer el favor de decirme- empezó Alicia con cierta timidez- por qué están pintando estas rosas?
Cinco y Siete no dijeron nada, pero miraron a Dos. Dos empezó en una vocecita temblorosa:
-Pues, verá usted, señorita, el hecho es que esto tenía que haber sido un rosal rojo, y nosotros plantamos uno blanco por equivocación, y, si la REina lo descubre, nos cortarán a todos la cabeza, sabe. Así que, ya ve, señorita, estamos haciendo lo posible, antes de que ella llegue, para...
En este momento, Cinco, que había estado mirando ansiosamente para el jardín, gritó: (¡La REina! ¡La Reina!), y los tres jardineros se arrojaron inmediatamente de bruces en el suelo.
Se oía un ruido de muchos pasos, y Alicia miró a su alrededor, ansiosa por ver a la Reina.